Este año, nuestro día vocacional se ha basado en el lema de este a «LA UTOPÍA: ¡Un sueño posible!”.
Este lema nos invita a darnos cuenta de que Dios tiene un sueño para la humanidad y para cada uno/a de nosotros/as, desde siempre y para siempre. Se ha ido haciendo concreto en muchas personas a partir de las situaciones y condiciones que han vivido. Personas que supieron dar cabida al sueño de Dios en sus propios sueños. Un Dios que se quiere hacer presente en los deseos más profundos de cada uno, los que duermen en nuestro corazón.
En este día, hemos invitado a los/as niños/as y jóvenes a considerar sus propios sueños. Y también a experimentar que en esas inquietudes, necesidades, deseos, utopías… Dios les habla de forma personal.
“Todos en la vida soñamos con realizarnos. Y es correcto que tengamos grandes expectativas, metas altas antes que objetivos efímeros como el éxito, el dinero y la diversión—, que no son capaces de satisfacernos. De hecho, si pidiéramos a la gente que expresara en una sola palabra el sueño de su vida, no sería difícil imaginar la respuesta: “amor”. Es el amor el que da sentido a la vida, porque revela su misterio. La vida, en efecto, sólo se tiene si se da, sólo se posee verdaderamente si se entrega plenamente.”
Papa Francisco, 21 de marzo de 2021
Es en esta vocación personal donde hay que dar los pasos necesarios, no sólo para acercarnos a nuestras metas, sino también para construir nuevos caminos y transformar vidas: las de cada uno y las de quienes nos rodean.